Nápoles, Italia – Un fuerte terremoto de 4.6 de magnitud estremeció a Nápoles y sus alrededores el pasado marzo, convirtiéndose en la sacudida más intensa registrada en la región en cuatro décadas .
El epicentro se localizó en la zona volcánica de Campi Flegrei, al oeste de la ciudad, afectando a barrios como Bagnoli y Pozzuoli. El sismo, ocurrido a una profundidad poco habitual para grandes urbes, provocó alarma generalizada: los habitantes fueron despertados por el temblor y numerosos edificios sufrieron grietas leves, mientras que varios residentes pasaron la noche en la calle o dentro de sus vehículos
Aunque los daños estructurales fueron moderados y 11 personas resultaron con lesiones leves al quedar afectadas por la caída de material ligero, las autoridades, lideradas por el alcalde de Nápoles, Gaetano Manfredi, declararon una evaluación general de infraestructuras, cerraron escuelas y suspendieron algunos servicios públicos por precaución
Este evento sucede en un contexto de actividad sísmica creciente en Campi Flegrei desde 2024, con enjambres recurrentes y movimientos del terreno —denominados “bradisis”— que han alarmado tanto a expertos como a residentes El director del Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología (INGV) indicó que, aunque no hay señales de una erupción inminente, el fenómeno geológico permanece activo y requiere vigilancia continua
