El sistema masivo de transporte de la capital dominicana —Metro de Santo Domingo y Teleférico de Santo Domingo— ha registrado al menos 18 interrupciones por averías, fallas técnicas o choques en los últimos cinco años, lo que pone de manifiesto deficiencias en la operación y el mantenimiento del servicio. Listín Diario
El martes, con motivo del apagón nacional, ambos sistemas colapsaron momentáneamente al perder alimentación eléctrica, dejando usuarios demorados o evacuados en estaciones o cabinas. Listín Diario
Por ejemplo, el lunes 10 de noviembre una falla eléctrica en la línea 1 (tramo entre estaciones Mamá Tingó y Peña Gómez) afectó el suministro de energía a los trenes, provocando suspensión del servicio. Listín Diario
En 2023, un choque de trenes entre las estaciones Mamá Tingó y Gregorio Urbano Gilbert (línea 1) dejó nueve heridos leves y el servicio suspendido de la mañana hasta la madrugada del día siguiente. Listín Diario
Asimismo, las fallas abarcaron desde sistemas de señalización defectuosos, altos voltajes inesperados, hasta averías mecánicas en el teleférico y problemas en estaciones como María Montéz. Listín Diario
Estas interrupciones generan una doble problemática: afecta la confiabilidad del transporte público, lo que reduce la percepción de seguridad de los usuarios, y además implica costes operativos mayores (retrasos, evacuaciones, reorganización del servicio).
El organismo gestor, Oficina para el Reordenamiento del Transporte (OPRET), ha señalado que algunas de las interrupciones ocurrieron durante mantenimiento programado o ampliaciones de línea, aunque la frecuencia y naturaleza de las fallas generan preocupación ciudadana. Listín Diario
Para restaurar la confianza, se sugiere: mejorar la redundancia energética de las líneas, optimizar los procedimientos de evacuación y emergencia, fortalecer el mantenimiento preventivo de los sistemas críticos (señalización, energía, vía) y aumentar la transparencia en los informes de averías.
Este panorama subraya que la movilidad urbana en Santo Domingo no solo depende de tener infraestructura —como líneas de metro o teleférico—, sino también de una operación de clase mundial, con estándares robustos de confiabilidad y mantenimiento.


