La cárcel de Anamuya, ubicada en Higüey, provincia La Altagracia, enfrenta la necesidad urgente de contar con una unidad especializada en salud mental para atender a los privados de libertad que presentan trastornos psicológicos y emocionales.
Autoridades penitenciarias y sectores vinculados a la justicia han advertido que la falta de atención adecuada en este ámbito no solo pone en riesgo la rehabilitación e integración social de los internos, sino que también incrementa los problemas de convivencia y seguridad dentro del recinto.
El centro correccional ha mostrado avances en infraestructura y programas educativos, pero especialistas señalan que la salud mental sigue siendo un área desatendida, pese a la creciente demanda de atención en la población penitenciaria.
Organismos de derechos humanos y representantes de la sociedad civil han hecho un llamado al sistema penitenciario dominicano para priorizar la creación de esta unidad, como parte de una política integral de resocialización y respeto a los derechos fundamentales de las personas privadas de libertad.
La situación de Anamuya reabre el debate sobre la necesidad de invertir en atención médica y psicológica en las cárceles del país, donde la sobrepoblación y la falta de recursos agravan las condiciones de los internos.