Angelina Rodríguez, de 32 años, vive con temor constante tras ser víctima de un brutal ataque de violencia de género. Su expareja, Manuel Rafael Hernández, la roció con combustible y la prendió fuego después de que ella rechazara una reconciliación. A 16 días del ataque ocurrido el 25 de diciembre de 2024, el agresor continúa prófugo, y Angelina enfrenta no solo el dolor físico de las quemaduras de segundo y tercer grado, sino también el miedo de ser atacada nuevamente.
La víctima describe su lenta recuperación y la angustia de saber que el hombre que intentó quitarle la vida sigue libre. “He estado recuperándome muy lentamente, gracias a Dios. Ha sido duro, mucho dolor, malos ratos, mala noche y todo eso porque el responsable de prenderme en llamas está en las calles como si nada ha pasado”, lamentó Angelina.
La situación de Angelina refleja una problemática alarmante: las víctimas de violencia de género en la República Dominicana no solo enfrentan agresiones físicas, sino también la desprotección por parte de las autoridades. Angelina narró cómo el Departamento de Violencia de Género le pidió que recogiera la orden de arresto, dejándola expuesta a nuevos ataques por parte de su expareja.
“Me dijeron que pasara a buscar la orden de arresto que ya salió, pero no sé para qué; si mi expareja me encuentra en la calle, o se entera que yo ando fuera, me puede hacer algo peor o terminar con lo que empezó”, expresó entre lágrimas.
La historia de Angelina subraya la urgencia de fortalecer los mecanismos de protección y asistencia para las víctimas de violencia de género en el país, garantizando su seguridad y el cumplimiento efectivo de las órdenes de arresto contra los agresores.
