En 2021 tomé la decisión de bajar de peso. Iba por el mundo con 190 libras que en cada paso me hacían un gran daño, no solo físico, sino en todos los aspectos de la vida. Me sentía limitada, con una carga emocional y mental que pesaba tanto como mi cuerpo.
Cuando inicié a cuidarme, a bajar de peso, solo tenía en mente que debía retomar rutinas de ejercicio, tal como lo había hecho años atrás. Comencé a caminar: 1, 2, 3 y hasta 5 kilómetros diarios. Luego empecé a trotar y, sorprendentemente, terminé corriendo a una velocidad que, para una principiante sin técnica ni acompañamiento de un experto, era bastante buena.
En ese mismo proceso, empecé a tomar conciencia sobre mi alimentación. Fui descubriendo alimentos que me hacían bien y aquellos que no. Pero lo más importante fue la sesión con mi coach de vida, Carmen Simé, quien me ayudó a entender que todos tenemos una relación emocional con la comida. Esta relación influye directamente en nuestro peso, en nuestra capacidad de mantenerlo o incluso en caer en extremos poco saludables.
Te hago este relato a modo de contexto para que conozcas parte de los hábitos que me han permitido mantener el peso que logre, a más de tres años de haber alcanzado las 145 libras. Hoy quiero compartir contigo los tres más fundamentales:

Hábito 1: Mi Alimentación
Conocer mi cuerpo ha sido el primer paso hacia una relación saludable con la comida. Identificar qué me hace bien, qué me inflama, qué me aporta energía y qué me la resta, ha sido clave. Reconocí que la proteína animal es uno de los mejores alimentos que puedo consumir por su aporte nutricional, y en función de eso organizo mi dieta.
No soy extremista. Me permito disfrutar de todos los alimentos, pero con un enfoque consciente. Respetar las cantidades y, sobre todo, la calidad de lo que consumo es fundamental. Comer no es un acto automático, sino un acto de amor propio. La moderación y la atención plena en cada elección alimentaria me han ayudado a mantener el equilibrio sin sentirme privada de nada.
Hábito 2: Mi Ejercicio
Soy flexible con mi rutina de ejercicios porque entiendo que la vida es dinámica. Hago lo que me gusta y lo que me funciona. No me presiono con horarios estrictos o rutinas que puedan provocarme estrés si no las cumplo.
Por lo regular, salgo a caminar, trotar o correr. Además, incluyo dos o tres sesiones de entrenamiento de fuerza a la semana, porque entiendo la importancia de mantener mis músculos activos. Pero cuando, por razones de tiempo o energía, no puedo realizar mis rutinas, no me siento culpable. La clave está en no perder el hábito por completo y retomarlo en cuanto sea posible. La constancia no se trata de perfección, sino de compromiso con uno mismo.
Hábito 3: Mi Autoestima
Amar y valorar mi cuerpo tal y como es ha sido un trabajo diario. Reconozco que hay imperfecciones, pero también entiendo que puedo seguir trabajando en ellas sin castigarme por no ser «perfecta». La perfección es una ilusión; la aceptación es real.
Trabajo en mi autoestima cada día utilizando mantras de autoayuda que refuerzan mi amor propio. Frases como «Soy suficiente tal y como soy» o «Mi valor no depende de cómo luzco, sino de quién soy» me han dado la fortaleza para aceptarme y celebrar mi progreso. La autoestima no es un destino, es un viaje continuo que se construye con cada pensamiento y acción positiva hacia uno mismo.
Estos hábitos no son rígidos ni inamovibles. Son parte de un estilo de vida que me permite sentirme bien, física y emocionalmente.
Reflexión Final
Mi transformación no ha sido solo física, ha sido un viaje de autodescubrimiento, de aprendizaje y de amor propio. Los hábitos que he compartido contigo no son recetas mágicas, sino herramientas que me han ayudado a mantener el equilibrio en mi vida. Cada pequeño paso cuenta, cada decisión consciente suma.
Te invito a reflexionar sobre tu propio camino, a identificar qué hábitos pueden mejorar tu bienestar y a comprometerte contigo. No se trata de perfección, sino de progreso. Empieza hoy, da ese primer paso hacia tu mejor.
Una recomendación muy importante; busca ayuda profesional, hay condiciones que solo no se logran superar.
Nota: No soy especialista en nutrición, ejercicio físico ni psicología. Lo que comparto aquí se basa exclusivamente en mi propia experiencia personal, con la esperanza de que pueda inspirarte y motivarte a encontrar tu propio camino hacia una vida más saludable y plena.
📷Amiga, gracias. Ella sabe quién es. 😊