El día de hoy, la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) ha sido escenario de un incidente que ha generado un fuerte debate en la sociedad. Cuatro jóvenes fueron sorprendidos en los baños de la academia en una situación comprometedora, desatando reacciones diversas en redes sociales y la opinión pública.
Este caso no se trata solo de un hecho aislado, sino de un reflejo de una juventud que, en muchos casos, está desorientada y sin guía. No es un tema de moralismo, sino de contexto: ¿qué nos dice esto sobre los valores, la educación y el nivel de responsabilidad con el que los jóvenes enfrentan la vida?
Más allá del morbo y las burlas, debemos preguntarnos:
🔹 ¿Qué tipo de educación y orientación estamos brindando a las nuevas generaciones?
🔹 ¿Las redes sociales están formando o deformando la percepción de la realidad y los límites?
🔹 ¿Dónde está la verdadera responsabilidad de cada uno de los actores en esta sociedad?
La juventud necesita orientación, valores y oportunidades, no solo regaños ni exposición mediática. Como sociedad, es nuestro deber fomentar espacios de educación y crecimiento que formen adultos responsables y conscientes de sus acciones.
Opinemos con altura, reflexionemos con propósito.
